Esta colección explora la delgada línea que separa la estructura del desborde. Cada obra nace en el punto donde la forma intenta sostenerse frente al movimiento, y el color se convierte en territorio de equilibrio y conflicto. Las piezas del Orden revelan un lenguaje controlado: composiciones precisas, trazos que buscan armonía, espacios donde todo parece encontrar su lugar. Las obras del Caos, en cambio, rompen esa estabilidad. Surgen del impulso, de la fragmentación, del gesto que no obedece a una regla. En conjunto, ambas series dialogan entre sí como polos opuestos de una misma búsqueda: la de comprender cómo lo estable y lo imprevisible pueden convivir en un mismo plano. “Entre el Orden y el Caos” no intenta resolver esa tensión, sino habitarla.